En el marco del Día del Abuelo entrevistamos a cuatro mujeres destacadas de la esfera social mexicana
No están todas las que son, pero sí son todas las que están. Reunimos a Raquel Bessudo, Marie Thérèse Arango, Guadalupe Loaeza y Viviana Corcuera para celebrar el Día del Abuelo y destacar sus increíbles trayectorias.
Pocas mujeres en este país tienen la fuerza, la dedicación y el compromiso por México de Marie Thérèse Arango. No nació en México, pero desde que llegó, la esposa de Manolo Arango se ha encargado de enaltecer y luchar por los artesanos mexicanos, tanto en nuestro propio país como en el extranjero.
Incontables son los eventos de beneficencia, las ventas vintage y las alianzas con reconocidas marcas de moda internacionales que ha hecho para posicionar nuestra cultura y darle el gran valor que se merece. Desde su trinchera, el Museo de Arte Popular que ella fundó, Marie Thérèse es incansable.
Esta apasionada del arte tiene cinco nietas, María, Luisa, Ana, Leonora y Emilia de sus dos hijas Manuela y Paula. Y es tanto lo que disfruta pasar tiempo con ellas que no ve la hora de terminar con esta entrevista pues las cinco pequeñas la esperan en su casa para comer juntas.
Aunque todavía son muy chiquitas para comprender la dimensión de la labor que ha hecho, pues sus edades van desde los 8 hasta al año, Marie Thérèse nos dice que poco a poco las dos mayores ya empiezan a darse cuenta del museo, pues en ocasiones las lleva a los eventos, a ver los alebrijes y otras exposiciones.
Y es que verdaderamente las dos cosas que ocupan el corazón de esta empoderadísima abuela son su familia y el museo. A ambos se ha abocado en su totalidad y han rendido muchísimos frutos.
A “Minu”, como le dicen a ella sus adoradas nietas, le cambia la expresión cuando le preguntamos cómo recuerda el día que nació María, su primera nieta. “Eso sí fue un recuerdo que yo creo que a ninguna abuela se le borra. Es una felicidad que no hace más que crecer. Es un sentimiento que es muy difícil de describir, de un cariño que es muy diferente del cariño que le tienen las mamás a los hijos, porque las mamás a los hijos hay que educarlos. Y a los nietos lo único que hay que hacer es hacerlos felices y que te hagan feliz a ti. Es totalmente recíproco. Yo oigo ‘Minu’ y me derrito. ¡De verdad! Se te abre el cielo. Ser abuelo es una maravilla”, nos dijo y asegura que con ellas hace cosas que no hacía con sus hijas, por la misma razón de que el ser abuela para ella implica una relación de muchísima más ternura, de mucho más disfrute y diversión.
Marie Thérèse nos habla también de lo mucho que la llena su labor al frente del MAP, pues México y su cultura le dieron una familia, amigos y muchas otras cosas más que perdió al dejar su país, por lo que asegura que siempre se ha sentido en deuda. “Creo que mis nietas algún día, cuando sean más grandes, se darán cuenta que hay que buscar algo que te llene a ti, porque a mí me ha llenado. Lo que me pudiera haber faltado de la familia, o de los amigos, me lo dio el MAP y los artesanos mexicanos. Siento que he hecho algo con lo que voy a poder morir tranquila, porque algo he aportado a ese México tan fantástico que a mí me ha aportado muchísimo”, dijo.
Y, aunque se sorprende por la pregunta y dice que nunca se lo había cuestionado, no duda y con una sonrisa afirma que, algún día, le encantaría que alguna de sus nietas siguiera sus pasos al frente del Museo de Arte Popular con la misma entrega que lo hizo ella.
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Esta impresionantemente guapa mujer no solo es abuela, ¡sino bisabuela! Y en octubre le dará la bienvenida a su segundo bisnieto, hijo de su nieta Paola. De sus cinco nietos, que tienen edades entre los 30 hasta los 22 años, todo lo bien que han salido se lo atribuye a sus hijas Doris y Patricia, aunque dice que en el fondo ellos sí deben sentirse orgullosos de su abuela.
Y nosotros creemos que claro que lo están. Su famosa abuela tiene una súper trayectoria en televisión, como anfitriona de los mejores eventos de la sociedad mexicana y apoyando el arte, la moda o distintas causas altruistas. Siempre con una gran sonrisa, con la actitud más positiva y con unos ánimos que cualquier adolescente envidiaría.
“Hay unos que les fascina y hay otros que dicen ‘Ya bájale, tita’, pero no me importa”, dice riendo Raquel cuando le preguntamos qué dicen sus nietos de que constantemente aparezca en los medios.
Si con los extraños es una mujer muy cariñosa y amable, no queremos ni imaginar lo consentidora y amorosa que ha de ser como abuela. “Desde que sabes que vas a tener un hijo yo como mamá ya decía ‘ahora sí creo que Dios existe’, porque con solo dar a luz ya te das cuenta que vale la pena la existencia. Y luego ver que tu hija va a ser mamá, bueno… es subliminal. Y ahora una de mis nietas ya tiene un hijo y está por recibir al segundo. La verdad no le puedo pedir más a Dios. Bueno, perdí a un hijo y ahora acabo de perder a mi marido, pero es un dar y quitar, así es la vida”, nos platica sobre lo inmensamente feliz que la han hecho todos sus nietos.
Al preguntarle si alguna de sus nietas sigue, al menos de cierta forma, su camino, nos dice que le queda muy claro que es Joella, hija de Doris, a quien la ve siguiendo sus pasos. “Ella dice que yo soy su role model. La verdad es una niña fuerte y además tiene una sensibilidad fuera de serie. Yo creo que me superó totalmente y yo la veo para arriba. Yo veo que ella va a ser lo que quiera en la vida y eso es lo que hay que transmitir, seguridad en ti mismo, sentirte lo máximo, como eres, sacarte el mejor provecho y entonces lo puedes proyectar”, asegura.
Joella y su hermano Natan viven en Los Ángeles con sus papás, ciudad a la que Raquel va constantemente para visitarlos y pasear con ellos.
En todo momento no deja de presumírnoslos y nos cuenta que Natan está ahorita en Tailandia dando clases de inglés.
“Hoy día, cuando yo los veo, no puedo creer que son unos tipazos. Cada quien tomó su camino y cada quien es muy exitoso, entonces yo feliz. Tengo pura gente exitosa y eso me hace sentir que lo que tenga que seguir viviendo es disfrutar de estos jovencitos, ¿qué más puedo pedir?”, dice visiblemente feliz. Te puede interesar: Raquel y Doris Bessudo recuerdan a León después de su muerte
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La escritora es incansable. Tiene más de 30 años de trayectoria, durante los cuales publicó más de 30 libros como “Compro y luego Existo” y “Manual de la Gente Bien”, y justamente es con “Las Abuelas Bien”, publicación de la que acaba de salir una reedición, con el que invita a las abuelas de México a que le dediquen tiempo a sus nietos y se sientan parte de su historia. “Que les platiquen de cuando eran niñas, de sus propios abuelos, de este México cuando salían a jugar a la calle. Yo sí exhorto a las abuelas a que disfruten esta etapa de la vida. Que valoren el tiempo que le pueden dedicar a sus nietos”, nos dice durante la entrevista.
Y cuando decimos que esta conocida abuela de México no para, es que literalmente no para. Nos dice que muy pronto publicará un libro sobre el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto y que próximamente saldrá la película de su libro “Las Niñas Bien”, con la actuación de Ilse Salas. Para ello viajará al Festival Internacional de Cine de Toronto, donde se presentará.
Guadalupe tiene seis nietos, que van desde los 15 hasta los cinco años. Tomás, de quien dice que es muy inteligente y que quiere ser médico, fue el primero y la cara se le ilumina cuando recuerda aquel momento. “Cuando lo sostuve en mis brazos no lo podía creer. En ese momento comprendí que yo ya era de otra generación y que bueno, el apellido Loaeza obviamente se va alejando, y que había que disfrutar. Soy muy feliz como abuela”, nos dice y afirma que los nacimientos, los bautizos y los festivales son los recuerdos que más atesora de ellos.
Ella es la séptima hija de una familia de ocho mujeres y un hombre, por lo que se educó en un universo muy femenino. Y ahora le toca repetir pues de sus seis nietos, cuatro son mujeres. A ellos cree que les ha heredado valores como la curiosidad, el entusiasmo, la disciplina y el trabajo y por supuesto que le encantaría que uno de ellos fuera escritor.
De Tomás, por ejemplo, nos presume orgullosa que le gusta mucho leer, mientras que a María le encanta el ballet y a Lupita la pintura.
A la escritora le encanta llevarlos al cine, a comer y, dependiendo de la personalidad de cada uno, es que pueden ir a ver una exposición, a conocer un museo o simplemente ir al mall. “Trato de estimular su imaginación, les hago mucho caso, y soy paciente. Yo creo que la abuela es una autoridad moral muy importante en las familias mexicanas y tenemos que sentirnos responsables. Parte de la educación de los nietos es la educación sentimental, que es muy importante”, asegura.
Dice además que sus nietos se divierten mucho cuando la ven aparecer tanto en los medios, sobre todo Adriana, quien con apenas cinco años busca sus entrevistas en su Ipad, pues le intrigan mucho.
Y tras tanta trayectoria, una que sigue dando y dando frutos, el consejo de Guadalupe para sus nietos es muy sencillo. “Que traten de ser felices y que quieran mucho a este país”, dice.
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Esta conocida abuela, que siempre es host de los mejores eventos y con grandes personalidades de México y del extranjero, ya fuera con la princesa Ira Von Fürstenberg o con otras reconocidos personajes, tiene seis nietos cuyas edades van de los 20 a los 12 años.
Nos platica que para ella es fundamental convivir con sus queridos Sofía, Agustín, Eduardo, Diego, Santiago y Javier y ayudarlos a crecer en autoestima y en desarrollo espiritual, mental, emocional y social.
Ella todo el tiempo platica con sus nietos por Whatsapp y le encanta pasear con ellos. “Somos muy amigos. Ellos ven la relación tan buena que tengo con mis hijos. Somos un equipo. Salimos todos juntos y somos muy cariñosos, nos abrazamos mucho y nos decimos lo mucho que nos queremos”, nos cuenta.
Y es que además de ser una increíble anfitriona, a Viviana siempre la vemos apoyando causas como la del Museo de Arte Popular, donde organiza eventos como la Venta Vintage para recaudar fondos para los artesanos mexicanos, entre muchas otras labores.
De lo que más le fascina hacer con sus queridos nietos, es jugar paddle, un deporte que nos platica que inventó su esposo Enrique Corcuera en 1969. “Tenemos una cancha magnífica y nos divertimos mucho ¡ya que muchas veces les gano! Nos gusta jugar cartas, ajedrez, ver programas de televisión, bailar, y hacer ‘juegos de número s’ como multiplicar, dividir, sumar y restar… ¡siempre pierdo!”, contó riendo.
Los recuerdos que más atesora con ellos son las vacaciones, pues dice que son muy divertidas y llenas de sorpresas, mismas que organiza su hija Viviana y su yerno Agustín. “Sus ojos. Las miradas que me dan las recibo como un tesoro”, agrega sobre otra de las cosas que más atesora de ellos.
Para Viviana es importante que el trato que tiene con sus nietos sea muy amoroso, fraternal, respetuoso, pero a la vez franco y directo. A su propia abuela la recuerda con muchísimo cariño, y trata de imitar su actitud positiva y enérgica. “La recuerdo con enorme nostalgia, ¡la adoro y la extraño! Me encantaba su presencia de autoridad y no era autoritaria en realidad”, dijo.
Recuerda además que cuando nació Sofía, su primera nieta, su alegría fue enorme. “El amor de las abuelas es protector, pero más sencillo que ser mamá. Ya eres una abuela experimentada, ‘ya te la sabes todas’, conoces el camino... Hay experiencia”, explicó.
A sus amados nietos, que nos dice que cuando la ven aparecer en los medios siempre reaccionan con una muy bonita expresión de apoyo hacia su abuelita, les recomienda determinación y tener muy claro lo que quieren lograr en sus vidas. “El mayor consejo que les daría sería, parafraseando al filósofo alemán Arthur Schopenhauer, ‘no hay ningún viento favorable para el que no sabe a qué puerto se dirige’”, finalizó. Continúa leyendo: La visita a México de la princesa Ira Von Fürstenberg
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