Hace 17 años, Marielle Hajj y Antonio Aja se casaron y se iniciaron como emprendedores con su empresa de banquetes y catering, misma que los llevaría tiempo después a vivir en Fiji, una aventura que nunca se hubieran imaginado. “Después de que nos casamos estuvimos viviendo un tiempo en Nueva York. Entonces Toño trabajaba en publicidad, pero decidimos regresar a México y expandir el negocio de los banquetes. Él se encargó de hacer toda la estructura de un negocio más corporativo, pues ahora estamos en lugares que constantemente hacen eventos con producciones increíbles y en donde solo servimos nosotros como el Auditorio BlackBerry, El Plaza Condesa y el recién abierto Foro Santa Fe”, nos cuenta Marielle.
La familia de Marielle Hajj Aboumrad proviene de una prominente familia de ascendencia libanesa. Ella es chef egresada del Culinary Institute of America y ha ganado varios premios internacionales de alta cocina, incluidas dos medallas del oro en las Olimpiadas Gastronómicas de Berlín en 1996.
José Antonio Aja es empresario y periodista. Estudió Administración de Empresas en el ITAM, tiene una maestría en London School of Economics y también se ha dedicado a la publicidad.
Juntos emprendieron su empresa de banquetes y tomaron la decisión de vivir en la isla de Oceanía, donde viven junto con sus hijos Luciano, de 12 años, Martina de 4 años, y Máximo de 8 años. “Él me ha ayudado a hacer toda la estructura de la empresa para hacerlo un verdadero corporativo”, dice Marielle de su esposo. Ambos revolucionaron el mundo de los banquetes en México.
Para la pareja todos los eventos son importantes, pero el más especial a nivel personal ha sido su boda, en donde tuvieron la oportunidad de cocinar para más de 600 invitados. “A pesar de que en México hay muy buenos banqueteros, nuestro negocio se ha enfocado en la gente que sabe, aprecia y disfruta comer muy bien. Nuestros clientes no se conforman con la decoración y un buen servicio, son gente que ha viajado y reconoce la calidad de la comida, así que realmente exigen un banquete impecable”, nos explica Marielle.
Además en la actualidad tienen tres cafeterías, llamadas Marielle -una de ellas se encuentra en un corporativo y las otras en Pedregal 19, en Lomas de Chapultepec y en Varsovia 25, en la Zona Rosa-, y ofrecen alimentos sanos, de buena calidad y a precios accesibles para todos aquellos que tienen que comer fuera.
UN DÍA EN LA ISLA
Marielle nos cuenta en qué consiste un día normal para su familia: “Nos levantamos temprano, como a las 5:45 AM. Los niños tienen tiempo de jugar antes de ir a la escuela, se visten, desayunan y los tres se van caminando a la escuela. Ya que se fueron, yo salgo a caminar aproximadamente 40 minutos. Al regresar, me voy al hotel.
Estoy involucrada en varios proyectos, así que en la cocina debo ver los platillos que vamos a preparar, vemos las diferentes opciones de los proveedores en cuanto a la pesca, seguimos capacitando a toda la gente, etc. Los niños regresan a comer a las 12:00 se vuelven a ir a la escuela y regresan a las 16:00 horas. Después tienen otras actividades, ya sea que se vayan a su clase de tenis, juguemos a algo o se vayan a jugar con otros niños. Después se bañan, cenamos y nos acostamos. La vida aquí es muy básica y relajada porque lo principal es disfrutar del contacto directo que tenemos con la naturaleza”.
La llegada a la isla
Hace casi un año, la pareja se mudó con sus tres hijos a Fiji, en Oceanía, pues los llamaron para participar en la reapertura de The Wakaya Club & Spa, ubicado en una isla privada del mismo nombre. Se trata de un lugar muy especial con solo 11 habitaciones, pues la idea es ofrecer a los huéspedes una absoluta privacidad y sobre todo, un trato del más alto nivel. Marielle explica que, a partir del ciclón tropical Winston en 2016, la isla cambió de dueño, y desde entonces han ido rehaciendo el hotel. En el pasado se han hospedado ahí estrellas de cine, músicos y hasta miembros de las familias reales más importantes.
Marielle y Antonio llegaron aquí debido a que un cliente y buen amigo de ellos los presentó con los dueños de la isla, quienes estaban buscando a alguien que pudiera diseñar un nuevo menú y también alguien como mánager del equipo en la isla. “Son de esas coincidencias que te llegan en la vida y a nosotros nos iba bien, no estábamos buscando algo así, pero al ver la belleza de la isla, nos dijimos que podía ser interesante”, nos comenta Marielle.
Agregó que su esposo se entrevistó con ellos y juntos decidieron aventurarse, mudándose junto con sus hijos en diciembre del año pasado. “Yo estoy a cargo de la cocina y la creación del menú, pero también me he involucrado en otras áreas relacionadas muy emocionantes, por ejemplo, la creación del jardín botánico, pues la idea es preparar comida bajo el concepto ‘farm to table’, como parte de toda la experiencia de vivir en una isla. Ya estamos cosechando varios productos, como lechuga, kale, espárragos, jitomates y todo tipo de frutas tropicales. Es gracias a la gran fertilidad del suelo que se dan maravillosamente”, dice.
Son de esas coincidencias que te llegan en la vida y a nosotros nos iba bien, no estábamos buscando algo así, pero al ver la belleza de la isla, nos dijimos que podía ser interesante”
Casi el 70% de la carta proviene de sus propias granjas, en donde tienen puercos, gallinas, etc., además de los famosos venados nativos de esta región: “Nuestro objetivo es convertir a The Wakaya Club & Spa en el mejor destino para el luxury travel en el Pacífico sur y, desde luego, que su restaurante sea también el mejor de la región”, dijo.
Para Marielle se trata una gran oportunidad, no sólo porque con su background ha creado una mezcla de cocina muy interesante, entre los sabores con los que creció de la comida mexicana, la de sus abuelos de origen libanés, las técnicas europeas, la cocina hindú, china e indígena, más toda la parte del mar y los sabores tropicales que se reúnen en Fiji, sino también porque el contacto con la naturaleza y los productos que ofrece le ha servido como un gran aprendizaje y ha alimentado mucho su experiencia: “Se trata de un lugar muy bonito y muy especial, pero es importante preservar el principio de no quererle ganar a la naturaleza, sino solo complementarla. Es un nuevo concepto de glamour muy cómodo, muy fino y al mismo tiempo, muy natural”.
Aunque el hotel ya está abierto al público, será en este año cuando se haga la inauguración oficial, lo cual los tiene muy emocionados. Al mismo tiempo, siguen sirviendo banquetes y atendiendo las cafeterías que tienen en México, por lo que al menos una vez al mes uno de los dos va a supervisar el negocio y a ver clientes: “Seguramente los próximos años los pasaremos aquí y allá. Todo sigue funcionando gracias a nuestro buen equipo, es el mismo personal que ya tiene muchos años trabajando con nosotros y la verdad son unos buenazos”, concluyó.
MULTITASKER
Además de estar a cargo de la cocina y la creación del menú del hotel donde trabaja, Marielle está en otras áreas como la creación del jardín botánico, ya que la idea es preparar la comida bajo el concepto farm to table, como parte de toda la experiencia de vivir en una isla.
SUS CAFETERÍAS “MARIELLE”
Ofrecen alimentos sanos y de buena calidad para quienes tienen que comer fuera.
Actualmente tienen tres sucursales, una en un corporativo, otra en la calle Pedregal 19 y la última en la calle de Varsovia 25.
“En Fiji podemos escuchar a la naturaleza y apreciar el silencio, algo que cambia completamente tu perspectiva del mundo”
Un poco de ella
Marielle nos explica que las raíces de sus abuelos son libanesas, aunque ellos nacieron y crecieron en México. Por su parte, ella estudió en Nueva York y trabajó mucho tiempo en París con Daniel Boulud y con Jean-Pierre Vigato. Siempre se ha considerado una perfeccionista y amante de los detalles.
A la pregunta de cuál es su comida preferida nos dice que es el mole de Oaxaca, pero después agrega: “Pensándolo bien mi comida preferida es cuando me siento con mis hijos y empezamos a hacer un tipo de comfort food, una comida de muy buena calidad muy sencilla, y muy fácil y cómoda, casera”.
El kibbeh, proveniente de Medio Oriente, es otro de sus platillos favoritos: “Mi mamá lo hace muy bien, pero el de mi abuela materna era mi favorito, sin duda de ella saqué el gusto por cocinar”.
Para Marielle no ha sido fácil lograr el equilibrio entre la familia y el trabajo, pero para esto la organización es básica, después solo es cuestión de definir cuales son las prioridades y a lo que realmente le quieres dar tu tiempo. “Le dedico el tiempo y el corazón a mi familia y a mi profesión, por supuesto, hay muchas otras cosas que me gustaría hacer, pero tampoco se puede hacer todo”, nos explicó.
Como actividad familiar disfrutan mucho del buceo y nos comparte: “De pequeña íbamos mucho a Acapulco, así que la playa no era algo lejano para mí, pero aquí hemos podido conocer todo el mundo marino, pues la isla está rodeada de coral”, expresó.
Marielle considera que para la familia esta es una experiencia maravillosa, pues en Fiji pueden apreciar la naturaleza y el silencio, algo que cambia completamente la perspectiva del mundo. También aprenden a apreciar que no todo se puede adquirir al momento, pues es difícil que muchas cosas lleguen hasta allá.
5 MARIELLE FACTS
Canción preferida:
Piano Man
Pintor favorito:
Alvaro Zunini
Película:
The Champ
Lectura que la ha marcado:
Su primer libro de cocina
Pieza de arte que le cambió la vida:
Un cuadro de León Ferrari
Restaurante favorito:
Uno en la playa.
Montaña o mar:
Las dos
Deporte:
Yoga
Siempre quiere:
Que se logren hacer las cosas
Lo que más le choca:
Pelear y hacer trámites
Su principal defecto:
Ser desordenada con los papeles y los trámites administrativos
Su peor miedo:
“Al demonio, cuando de chica hablaban del diablo me dejaba muy intranquila”
Su role model:
Cualquier ser humano que es congruente entre lo que hace, dice y piensa y en el ínter disfruta de cada día.
Con qué personaje de la historia se tomaría un café:
Con Jesucristo
Felicidad es:
Ver felices a mis hijos